HIGIA
En
la mitología griega Higía (en griego antiguo Υγιεία Hygieía o Υγεία Hygeía,
‘salud’), hija de Asclepio, hermana de Yaso y Panacea, era la diosa de la
curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna),
mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. De su nombre deriva
la palabra «higiene». Su equivalente en la mitología romana era Salus.
Adquirió
significado propio alrededor del siglo V a. C., pues hasta entonces era un
epíteto más de Atenea.
Aunque
Higía había sido objeto de un culto local desde al menos el siglo VII a. C., no
empezó a ser conocida fuera de éste hasta que el Oráculo de Delfos la reconoció
tras las plagas que devastaron Atenas en los años 429 y 427 a. C. y Roma en el
293 a. C. Su templos principales estaban en Epidauro, Corinto, Cos y Pérgamo.
Pausanias
señaló que en el asclepión de Titane en Sición (fundado por Alexanor, nieto de
Asclepio) las estatuas de Higía se cubrían con cabellos de mujeres y prendas de
vestir babilónicas. según algunas inscripciones, estas mismas ofrendas eran
realizadas en Paros.
Se la solía representar como una mujer joven alimentando una gran serpiente enroscada en torno a su cuerpo. A veces la serpiente bebía de una jarra que portaba Higía. Estos atributos fueron adoptados más tarde por la diosa de la curación galo-romana, Sirona. A veces era acompañada por su hermano, Telesforo.
1.
PERSPECTIVA: La cabeza de la diosa Higia aparece
en reposo y en una actitud contemplativa y/o meditativa. Se trata de la
representación de la cabeza de una mujer joven de aproximadamente 25 a 30 años
de edad.
La anatomía
craneal y facial están muy bien reproducidas, pero me parece que no con la
misma intensidad y perfección de otras esculturas griegas.
1.
TRIDIMENSIONALIDAD: Esta escultura posee las características de la
tridimensionalidad: alto, ancho y profundidad. La profundidad es notable, se
trata de una reproducción muy aproximada de un cráneo humano real.
2.
BELLEZA: La expresión facial relajada de
contemplación y meditación se complementan con la belleza del rostro femenino.
El cabello recogido es un detalle notable, así como la ausencia de joyería, lo
que denota que se quiso representar a la diosa Higia en el estado natural de
las personas: sin ornamentos.
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